jueves, 9 de julio de 2009

Aquella Motivación de Karembeu


La motivación puede ser definida como la voluntad para realizar algún esfuerzo. La motivación se produce por la necesidad de cubrir alguna carencia, cuya naturaleza puede abarcar desde la cobertura de las necesidades primarias hasta las de autorrealización. No sé qué conjunto de necesidades vino Karembeu a satisfacer al Real Madrid, hace ya algunos años, pero lo que sí tengo claro es que, al menos durante un tiempo, parecía estar muy motivado.
Christian Karembeu comenzó su carrera en la alta competición en 1990 jugando para el Nantes. Sus virtudes de centrocampista sacrificado le llevaron a la Sampdoria de Bujadin Voskov en 1995. Allí compartió vestuario con Clarence Seedorf, hasta que, al final de la temporada, el tulipán fichó por el Madrid de Capello V1.0. Ese mismo verano, Karembeu acudió con Francia a la Eurocopa 1996 celebrada en Inglaterra (Football is coming home). Aquella selección de Jacquet presentó a buena parte de los jugadores que luego se alinearían con la campeona del mundo, pero también excluyó a algunos de los mayores talentos de su tiempo: Cantona, Ginola y Papin. Puede que este tipo de apuestas sean necesarias para conseguir ciertos objetivos a largo plazo… Los franceses se midieron en un grupo a España, Bulgaria y Rumanía. Ellos pasaron primeros, España, con gol de Guillermo Amor en plancha, agónica y segunda. España cruzó con Inglaterra y perdió por penalties (Hierro y Nadal erraron sus lanzamientos frente a Seaman). Francia hizo lo propio con la Holanda de los de Boer 1 y 2, Kluivert, Blind… Pero no pudo reeditar su éxito en las semis, cayendo en el sexto penalti frente a la República Checa, a la postre, subcampeón contra Alemania.
El caso es que en la temporada siguiente, Karembeu fue apartado de la Sampdoria debido a las presiones del de Nueva Caledonia para forzar su traspaso al Real Madrid (o al Barcelona). Lo consiguió por fin en el mercado de invierno. Y un día estepario de Enero hizo su debut frente al Alavés en la Copa. El Madrid fue eliminado. Pero aquella era la temporada de Christian. Y lo demostró en la Champions. En su primer partido europeo marcó de punterazo en la ida de los cuartos frente al Bayer Leverkusen en Alemania. Y volvió a marcar en la vuelta, esta vez de cabeza. En la ida de las semifinales, unos tipos se subieron a las vallas del fondo sur del Bernabéu. El peso de aquella humanidad motivó que las vallas cedieran y cayeran sobre la portería, que se rompió sin remiendo posible. Se trajo a mano una portería de la Ciudad Deportiva. Después de algún despacho diligente, el cachondeo general terminó, el árbitro consintió y el partido, por fin, comenzó. Karembeu marcó de nuevo con la puntera. Ese recurso, su recurso. El Borussia Dortmund, quizá aún atónito por el espectáculo, se difuminó en un rotundo 2-0. Y el Madrid, reforzado por la motivación de Karembeu, y dice Fabio que por su trabajo en Capello V1.0, ganó la séptima con gol de Mijatovic y muchísimo sufrimiento a la Juventus de Zidane. Y todos al mundial. Y allí Christian vuelve a ganar. En Diciembre de ese año se casa con la modelo Adriana Sklenarikova, a la que conoce en un vuelo de Milán a París dos años antes… No tengo palabras.
Supongo que algo así como la inercia llevó a Karembeu a conquistar la Champions y la Eurocopa en 2000, ya en un plano mucho más secundario. Ya no era aquel jugador que marcaba de cabeza con los ojos cerrados o de punterazo tras contraataque en solitario. La motivación no se encontraba ya en su coctel competitivo. Y, pese a que jugó algunos años más, no fue el mismo. Quizá la imagen que muchos nos forjamos de él estaba distorsionada por su rendimiento extra. Puede que en sus años finales, simplemente, no encontrara ninguna necesidad más que satisfacer.
Hoy, Christian Karembeu lucha en Google por ser el primer resultado que aparece cuando se busca su nombre. De momento, las imágenes de su mujer gozan de mejor ranking.

8 comentarios:

Antonio dijo...

¡¡¡Seguro que encontraba su motivación en ese pedazo de mujer que es la Sklenarikova!!!

Sergio dijo...

A mi me parece que este hombre esra un poco malo, y conincido con Carlos que los más destacado de su carrera ha sido su mujer.

Es posible, ya que no lo recuerdo con claridad, que tuviera un par de temporadas significativas, pero no se si una persona que consigue la motivación una temporada o dos es un ejemplo a seguir.

Ricardo Colomo-Palacios dijo...

Amigo Sergio,
Coincido contigo, la calidad de Karembeu no era su mejor cualidad. Sin embargo, una cuestión que sí es interesante es que, de alguna forma, fue un revulsivo para un Madrid un tanto perdido aquella temporada. Estaba motivado y resultaba muy efectivo. Yo creo que las organizaciones se pueden beneficiar de la contribución de este tipo de recursos. Es posible, de forma puntual, pero, en algunas ocasiones, de forma también muy significativa.
Sobre Sklenarikova. No hay palabras.
Un saludo

Unknown dijo...

La motivación es la fuerza que nos mueve hacia algo, por lo que conceptualmente es posible que como dicen Antonio y Sergio origen de la motivación Karembeu puede que estuviera en su mujer.

Pero dependiendo de el tipo de motivación que su mujer le proporcionara podemos identificar tres tipos de factor motivadores:

- Factores Externos: Karembeu encontraría la motivación en algunas cosas externas a él que le daba su mujer (y no seáis mal pensados que no todo tiene por qué ser sexo...). Esto factores sueles ser muy atractivos a corto pero pierden rápidamente interés y poder de motivación (A lo mejor Antonio y Sergio no opinan los mismo por lo que cuentan de su mujer...)

- Factores Internos: Por ejemplo porque se sentía en deuda con ella por lo bien que se había portado con él, y el se lo devolvía haciendo lo que tenía que hacer lo mejor posible. En este caso la motivación nace desde dentro de persona y es más duradera que la anterior (Si seguís pensando en el sexo es posible que os cueste compartir esta última apreciación).

Factores Trascedentes: Karembeu encontraba su motivación en la reacción que tenía su mujer cuando el marcaba: lo orgullosa que se sentía, lo feliz que se sentía, etc. Es decir la motivación estaría en la reacción que tienen los demás con nuestras acciones, y sueles ser muy fuerte y duradera.

Carlos J dijo...

¡Genial Eugenio!

Nunca había visto una forma tan cachonda de explicar los factores que nos motivan. Explicado así las cosas se entienden perfectamente.

Adrián dijo...

Lo de Karembeu en el 98 fue espectacular, y creo que mucha gente no dudaría en considerarle un tipo con bastante suerte. Su historia recuerda a la de Nico Anelka, un delantero con unas facultades físicas espectaculares, pero que no debía andar muy sobrado de motivación, y que no debió de marcar más de un puñado de goles en el Madrid, aunque alguno de ellos fuera fundamental, como ante el Bayern Munich en las semis de la Champions en 2000.
Con respecto a lo de Cantona, Ginola y Papin, me ha recordado al post de los holandeses y la Eurocopa: quizá una 'limpia' a tiempo puede hacer que los nuevos asuman sus responsabilidades sin la presión de los antiguos ídolos.
Por último, ¿alguien puede confirmar si el que sale en la foto con Karembeu es Everton Giovanella en su etapa en el Salamanca?
Un cordial saludo.

Ricardo Colomo-Palacios dijo...

Es Giovanella... Es

Marketing Deportivo dijo...

Impresionante los comentarios de Eugenio al respecto de Karambeu.

Este tipo es un ejemplo de como hay gente que tiene suerte en la vida y llega hasta donde otros nunca lo harán, pese a tener mayores aptitudes y actitudes. Otro ejemplo es Ramón Calderón, aunque a este la historia le ha puesto en su sitio.

Saludos a todos. Me paso al siguiente post.

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