Quisiera avanzar un poco más en una materia que Eduardo Schell abordó en su post del mes de mayo “¿El estilo se impone o viene impuesto?”, pero mi enfoque pretende ser diferente.
Eduardo planteaba si el entrenador (líder, jefe, entrenador) impone el estilo o si el estilo ya está limitado por las características, habilidades, talento, competencias,… del colectivo que se dirige o incluso por el de la organización /club al que pertenece.
Yo quiero referirme a que habitualmente el entrenador marca la diferencia, es cierto que un colectivo en situaciones extremas puede funcionar al margen del jefe, pero eso es casi heroico.
Estamos acostumbrados a ver lo que estoy mencionando. El Barcelona de la Liga 07-08 quedó a 18 puntos del Real Madrid. Poco después y casi con el mismo equipo y por supuesto en ambos casos con los mismos hombres que se suponen son la base del talento y del estilo de juego del Barcelona actual, ha sido capaz de hacer un triplete, ¿Pep tendrá algo del culpa?
El Real Madrid, en su primera vuelta, estaba cosechando derrotas tanto en casa como en sus salidas, tras la llegada de Juande, ha hecho hasta el partido con el Barcelona, uno de los mejores resultados de su historia, ¿Juande tendrá algo que ver en ello?
El Español, el Osasuna, el Almería, son ejemplos en esta temporada de que un cambio en el entrenador ha significado, con el mismo equipo un cambio en los resultados.
Un buen jefe es sin duda el desencadenante de que los valores/talentos existentes en cada individuo salgan a la luz y se conviertan por su participación en la armonía y el poder de un equipo.
Un equipo es mucho más que la suma del talento de los individuos que lo componen.
El problema es que no siempre se deja hacer su trabajo a los entrenadores y como todos los colectivos no son iguales y hay algunos que tienen especial dificultad, no todos los entrenadores por buenos profesionales que sean están capacitados para abordar cualquier equipo, aunque por supuesto, siempre hay formas para poder ayudar al entrenador a realizar su tarea y conseguir las metas.
En la empresa sucede lo mismo, por ejemplo en el sector financiero. Estamos habituados a contemplar como una oficina bancaria que evoluciona mal, cambia dicha tendencia sin modificar nada, tan sólo cambiando al director de la misma, si se elige bien, y viceversa una oficina que funciona bien, se le cambia al director, y no se acierta con la persona, y sin lugar a dudas, pasa a tener malos resultados.
El jefe/entrenador, es el campo, la semilla, los nutrientes, y el riego dónde crecen los grandes equipos, y con esto no estoy hablando precisamente de los entrenadores mediáticos o figuras. Los mejores jefes, entrenadores son aquellos que con individuos normales y/o talentosos obtienen resultados excelentes y pasan de una forma discreta y humilde desapercibidos, tal vez de esos en España, Vicente del Bosque sea un grandísimo ejemplo.
4 comentarios:
Gran post sin dudas. Desde mi punto de vista "no hay líder sin equipo ni equipo sin líder". Una figura de referencia siempre es necesaria. La gente necesita mirar a alguien. Pero no creo en los "superhéroes". El líder estimula, anima, impulsa, arropa... pero como decía Jack Welch, "son los demás los que hacen que las cosas ocurran". Sin una materia prima buena no es posible hacer un buen guiso, aunque con buenos ingredientes no todo el mundo sabe sacarle el jugo posible.
Cocinero e ingredientes son ambos importantes. "Un buen jefe vale oro", me decía el Presidente de Sanitas; pero también como decía Toni Nadal "no conozco a ningún entrenador que sea bueno si el jugador no lo es".
salu2.
Yo creo que el entrenado por su puesto que marca la diferencia, lo que ocurre es que muchas veces la marca negativamente, esto ocurre en el fútbo y en el baloncesto pero sobre todo en la empresa.
El ego, la falta de humildad, la falta de reponsabilidd, etc. hacen que equipos estupendos no puedan desarrollarse.
Desde luego mi jefe marca la diferencia en mi departamento haciendolo insoportable. Ojalá tuviera un jefe como alguno de los que comentas.
¿No seremos compañeros? Porque mi jefe es también para matarlo. Entra y no saluda, se deshace en halagos para los clientes y para nosotros una m.... Todos son urgencias y reproches y nisiquiera una palmadita.
En fin, que a ver si pasa esta crisis y me largo de aquí.
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