
En una relajada charla, Jerry West, leyenda entre leyendas de la NBA, dejó una interesante reflexión: "El mejor jugador que hay en la NBA es LeBron James. Me gustaría ver cuántos partidos ganarían los Cavaliers sin él". La respuesta la acabamos de ver. Con la peor versión de LeBron James (¡25 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias!) , Cleveland se ha quedado fuera de la final de la NBA, que medirá a Lakers y Orlando.
Orlando ha eliminado a Cleveland en 6 partidos para sorpresa de muchos. Los Cavaliers pueden tener al mejor jugador de la NBA y que ha tenido unos promedios estratosféricos (28.4 puntos, 7.6 rebotes y 7.2 asistencias en Liga Regular y 35.3 puntos, 9.1 rebotes y 7.3 asistencias en playoffs), pero no ha bastado para eliminar a Orlando. Rashard Lewis, nº2 de los Magic, resumía la clave de la eliminación de Cleveland: "LeBron es un gran jugador, pero para ganar necesitas algo más que un buen jugador. Necesitas cinco jugadores en la cancha y gente saliendo desde el banquillo".
Orlando, salvo por Dwight 'Superman' Howard tiene menos gancho mediático que Cleveland, pero ha dejado claro el camino hacia el éxito cargándose a Boston (actual campeón) y Cleveland (el gran favorito) pese a que perdió en febrero por lesión lo que restaba de temporada a su base titular y All Star Jameer Nelson. La clave de Orlando ha sido que se ha comportado como un equipo con un gran líder (Howard) capaz de echarse al equipo a la espalda bien secundado por dos estiletes de lujo (Rashard Lewis y Turkoglu), tener una serie de especialistas en todos los campos como Pietrus, Lee y Redick, y que ha contado con un entrenador, que sin ser un gran virtuosos como Van Gundy, que sido capaz de sacar lo mejor de cada jugador. Hasta una leyenda del playground callejero como Rafer Alston se ha comportado como un líder desde su llegada en plena temporada para suplir al lesionado Nelson.
Michael Jordan supo en su día que sin Pippen y el resto de los llamados 'Jordanaires' (Kerr, Kukoc, Pippen y compañía) no podría ganar el anillo de la NBA. Kobe Bryant, tras su divorcio traumático con Shaq, también se dio cuenta de que él solito jamás volvería a ganar un anillo y por eso celebró la llegada de Pau Gasol el año pasado a unos Lakers que por fin empezaban a comportarse como un equipo y en el que todos se sentían importantes porque Kobe les hacía sentirse así. Hasta les dedicó su MVP. Ahora, LeBron podrá reflexionar sobre la importancia del equipo y de que uno no puede contra un equipo de 12 ni contra cinco por muy LeBron James que sea.