Normalmente en este blog escribimos de jugadores/deportistas/figuras o situaciones ejemplares que son un modelo a seguir en todos los campos y particularmente en la empresa. Esta vez creo que hay un buen ejemplo de qué no hay que copiar. En principio iba a ser un monográfico sobre el Atlético de Madrid salpicado con detalles del Real Madrid, porque hace ya unos meses que creo que está cometiendo errores, pero al final será un post en el que compartirán protagonismo.
En el Atleti, la mala racha de resultados se ha cobrado a la primera víctima: Abel Resino. Quedando claro una vez más que es más fácil cargarse a uno que a 15. Y a Abel muerto, Quique Sánchez-Flores, puesto. No soy un defensor de Abel ni mucho menos, tampoco conozco en profundidad su sistema de juego ni sus conocimientos, pero queda claro que es el eslabón más débil de una cadena más que imperfecta.
En el Madrid, y más tras el Alcorconazo de la Copa, Pellegrini también está en el disparadero. Vuelve a quedar claro que es el eslabón culpable. Ya cuando le contrataron me pareció curioso que no firmase por toda la legislatura de Florentino. Firmó por 2 años, si no recuerdo mal, en lugar de por cuatro. Si era el ‘ingeniero’ ideal, el hombre escogido para dirigir la nueva y multimillonaria nave del reaparecido presidente, ¿por qué no firmó por cuatro años? Queda claro, a mi entender que no gozaba de la máxima confianza ni de un respaldo total. Y en cuanto ha soplado un poco el viento, las críticas han sido (tele) dirigidas hacia el técnico chileno. Tiene toda la pinta de que será la primera manzana en caer. Trabajar sin respaldo mina la moral de uno, fomenta la sensación de debilidad e intineridad y es complicado ejercer cierta autoridad.
En ambos casos, sin ser yo un gran defensor de ninguno de los dos, creo que hay que compartir culpas entre todos y apuntar mucho más arriba.
En el Atleti, club singular donde los haya, se detecta una bicefalia en el poder: Por un lado, Miguel Ángel Gil Marín, accionista mayoritario y que ejerce de consejero delegado. Además, está Enrique Cerezo, que es el presidente. Tras la debacle ante el Chelsea, Gil Marín dice que se desliga de cualquier toma de decisión deportiva y le deja 'el marrón' a Cerezo con un director deportivo, Pitarch, con el que ni se hablaba y con el que el Abel no tenía feeling según parece. Además, hay un cruce claro de declaraciones mediáticas entre Gil Marín y Cerezo evidenciando la falta de sintonía entre los teóricos líderes. Si así están los que mandan, normal que no haya tranquilidad alguna por abajo (plantilla, cuerpo técnico….).
Mediada la campaña pasada, despiden a Javier Aguirre y el remedio es traer a Abel Resino, "un hombre de la casa" y le garantizan que si es buen bombero, apaga el incendio y deja al equipo en Champions le renuevan una temporada más. Dos errores a mi parecer. ¿Eso de ser de la casa qué es? ¿Son méritos suficientes haber jugado ahí años y años atrás? ¿No habrá cambiado la casa ya en tantos años? La segunda parte (y a mi parecer): la sensación de inteniridad con la que empezó a trabajar Abel era latente, parecía más que claro que en cuanto perdiese 4 partidos seguidos se lo cargaban. Así ha sido. Y ahora, llega otro 'bombero' a intentar poner remedio a una situación mal parida desde el inicio y al que le han dicho que si deja al equipo en Champions, le renovarán.
Según lo veo, en el Atleti lo único que prima es el cortoplacismo. Y elevado a la máxima potencia. Todo esto dentro de un clima de inestabilidad social evidente con la afición protestando a los despachos con manifestaciones de por medido desde el primer dia.
En el Real Madrid, la forma de estructurar el proyecto también me parece cuestionable. Regresa cual ave fénix salvador un presidente que se fue sin previo aviso abandonando el barco mediada una campaña y parece que es el único capaz de poder salvar la nave. Comete los mismos errores que le condenaron en el pasado: fichar estrellas a golpe de talonario a precios desorbitados pensando que así se puede hacer un equipo y deshacerse de otros a precio más que cuestionable para poder hacer caja. Tras el derroche de dinero y facultades, llega el turno del entrenador. ¿No habría que haber fichado antes al técnico y consensuado un poco todo? No digo que el entrenador sea el que diga a qué jugadores hay que fichar ya que si se le destituye el club queda inundado de jugadores que otro entrenador puede no querer, pero hay que llegar a un tipo de consenso.
Creo que desde el primer minuto, la llegada de Pellegrini -apuesta de Valdano-hay que cogerla con alfileres por el tiempo que firma, que no es el mismo que la duración supuesta del mandato de Florentino. El chileno se encuentra con un equipo ya confeccionado en el que apenas tiene voz y muy poco voto y se le demandan resultados inmediatos. “Hay que hacer en un año lo que haría que hacer en tres”, dijo Florentino. Viva el cortoplacismo.
En el Atleti, la mala racha de resultados se ha cobrado a la primera víctima: Abel Resino. Quedando claro una vez más que es más fácil cargarse a uno que a 15. Y a Abel muerto, Quique Sánchez-Flores, puesto. No soy un defensor de Abel ni mucho menos, tampoco conozco en profundidad su sistema de juego ni sus conocimientos, pero queda claro que es el eslabón más débil de una cadena más que imperfecta.
En el Madrid, y más tras el Alcorconazo de la Copa, Pellegrini también está en el disparadero. Vuelve a quedar claro que es el eslabón culpable. Ya cuando le contrataron me pareció curioso que no firmase por toda la legislatura de Florentino. Firmó por 2 años, si no recuerdo mal, en lugar de por cuatro. Si era el ‘ingeniero’ ideal, el hombre escogido para dirigir la nueva y multimillonaria nave del reaparecido presidente, ¿por qué no firmó por cuatro años? Queda claro, a mi entender que no gozaba de la máxima confianza ni de un respaldo total. Y en cuanto ha soplado un poco el viento, las críticas han sido (tele) dirigidas hacia el técnico chileno. Tiene toda la pinta de que será la primera manzana en caer. Trabajar sin respaldo mina la moral de uno, fomenta la sensación de debilidad e intineridad y es complicado ejercer cierta autoridad.
En ambos casos, sin ser yo un gran defensor de ninguno de los dos, creo que hay que compartir culpas entre todos y apuntar mucho más arriba.
En el Atleti, club singular donde los haya, se detecta una bicefalia en el poder: Por un lado, Miguel Ángel Gil Marín, accionista mayoritario y que ejerce de consejero delegado. Además, está Enrique Cerezo, que es el presidente. Tras la debacle ante el Chelsea, Gil Marín dice que se desliga de cualquier toma de decisión deportiva y le deja 'el marrón' a Cerezo con un director deportivo, Pitarch, con el que ni se hablaba y con el que el Abel no tenía feeling según parece. Además, hay un cruce claro de declaraciones mediáticas entre Gil Marín y Cerezo evidenciando la falta de sintonía entre los teóricos líderes. Si así están los que mandan, normal que no haya tranquilidad alguna por abajo (plantilla, cuerpo técnico….).
Mediada la campaña pasada, despiden a Javier Aguirre y el remedio es traer a Abel Resino, "un hombre de la casa" y le garantizan que si es buen bombero, apaga el incendio y deja al equipo en Champions le renuevan una temporada más. Dos errores a mi parecer. ¿Eso de ser de la casa qué es? ¿Son méritos suficientes haber jugado ahí años y años atrás? ¿No habrá cambiado la casa ya en tantos años? La segunda parte (y a mi parecer): la sensación de inteniridad con la que empezó a trabajar Abel era latente, parecía más que claro que en cuanto perdiese 4 partidos seguidos se lo cargaban. Así ha sido. Y ahora, llega otro 'bombero' a intentar poner remedio a una situación mal parida desde el inicio y al que le han dicho que si deja al equipo en Champions, le renovarán.
Según lo veo, en el Atleti lo único que prima es el cortoplacismo. Y elevado a la máxima potencia. Todo esto dentro de un clima de inestabilidad social evidente con la afición protestando a los despachos con manifestaciones de por medido desde el primer dia.
En el Real Madrid, la forma de estructurar el proyecto también me parece cuestionable. Regresa cual ave fénix salvador un presidente que se fue sin previo aviso abandonando el barco mediada una campaña y parece que es el único capaz de poder salvar la nave. Comete los mismos errores que le condenaron en el pasado: fichar estrellas a golpe de talonario a precios desorbitados pensando que así se puede hacer un equipo y deshacerse de otros a precio más que cuestionable para poder hacer caja. Tras el derroche de dinero y facultades, llega el turno del entrenador. ¿No habría que haber fichado antes al técnico y consensuado un poco todo? No digo que el entrenador sea el que diga a qué jugadores hay que fichar ya que si se le destituye el club queda inundado de jugadores que otro entrenador puede no querer, pero hay que llegar a un tipo de consenso.
Creo que desde el primer minuto, la llegada de Pellegrini -apuesta de Valdano-hay que cogerla con alfileres por el tiempo que firma, que no es el mismo que la duración supuesta del mandato de Florentino. El chileno se encuentra con un equipo ya confeccionado en el que apenas tiene voz y muy poco voto y se le demandan resultados inmediatos. “Hay que hacer en un año lo que haría que hacer en tres”, dijo Florentino. Viva el cortoplacismo.
En ese ansia resultadista se olvidan valores fundamentales de creación de equipo, se paga a precio de crack el fichaje de promesas (Benzema) descartando otros jugadores muy válidos (Negredo), se descarta inicialmente repescar a unos poniendo su calidad en duda para luego ficharles y venderles como la gran solución (Granero –ojo que no es una crítica al jugador-), y así un sin fín de ejemplos más. Mientras, el gran rival, sigue sacando jugadores de la cantera, les da minutos, juegan y son importantes… aunque el Barça también creo que ha cometido errores y allí no todo es Disneylandia
6 comentarios:
Eduardo,
claramente creo que se apunta a Pelegrini porque le viene grande el proyecto.
Por otro lado, apuntar mas alto sería inutil, fíjate el escalafón: Floro, Pardeza, Butragueño, Zidane, Valdano, di Stefano, FlorenTIMO... ficharian al entrenador por dos años pero ademas algunos se cubrieron bien las espaldas.
Varios meses y varias centenas de millones de euros detras, esperamos algo mas de Ser Supremo, quejarse de las lesiones lo sabe hacer hasta el presidente del Alcorcón, y pedir mas tiempo lo hacía Abel hasta que le dejaron.
MENOS CHARLA Y MAS TRABAJAR (y no lo digo por ti, claro)
Un brazo.
Excelente post Eduardo. Un análisis muy interesante. Va a ser muy interesante como se desarrollan las próximas semanas. Lo que está claro es que en el fútbol los tiempos son extremadamente urgentes. Un cortoplacismo asfixiante. Aunque la inversión ha sido muy grande, las expectativas muy altas y el eterno rival haciéndolo muy bien. Veremos si reconducen la situación o no, y cómo se gestiona esta crisis? salu2.
Más allá de que Pelegrini esté o no a la altura del proyecto, está claro que es el eslabón más débil, aunque si la cadena que pinta @raulsiete es correcta hay casi tantos eslabones como jugadores...
El caso de Abel parece un ejemplo claro, como decía Ortega del poder de la masa, el equipo ha decidido echarle y como siempre que lo hace, lo ha conseguido.
Y desde luego la falta de valor de todos los implicados en asumir su parte de culpa, no es decepcionante porque es esperada, pero si desde luego está a la altura de sus personas
Gran Post, Eduardo. Estoy muy de acuerdo contigo. Ayer justo hablaba con un amigo de lo mismo: si yo hubiera sido Florentino, hubiera firmado a Pellegrini por 4 años. El mensaje lanzado hubiera sido muy diferente.
En cuanto a apreciaciones personales sobre Pellegrini, yo no creo que le venga grande el proyecto. Se esgrime que si no tiene carácter, que no tiene experiencia en el banquillo de un equipo grande... ¿Alguno me puede decir si ambas características eran presupuestas de entrada en Sacchi, Wenger, Del Bosque, Rikjaard o Guardiola?
El añorado Del Bosque, por cierto, sustituyó a Thosack y en su segundo partido en el Bernabéu cayó 1-5 contra el Zaragoza, dejando al equipo en puestos de descenso en el mes de noviembre. También se señaló en diversos medios que había cargarse al técnico salmantino porque no tenía el carácter para enderezar la nave blanca. Afortunadamente se le dejo trabajar y acabó haciendo historia.
¿Alguno recuerda cuánto tardaron Ferguson y Cruyff en hacer algo en el Manchester y el Barça respectivamente? ¿No recordáis como yo que se pidió la cabeza de ambos en su día porque tardaron... ¡3 temporadas! en ganar algo importante a nivel nacional?
Ahí os dejo la reflexión.
Saludos
Fernando probablemente tengas razón y sea la falta de confianza de la directiva, y el nefasto cortoplacismo al que hacía referencia Eduardo, quienes impidan que buenos profesionales consigan resultados.
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